Voy a robarle a Marian Keyes el título de uno de sus libros para definir mi visita a Suhiito, un japonés con punto… o al menos así se autodenomina.

Estábamos dando vueltas por Madrid el lunes 4 de enero en plena orgía de shopping navideño de última hora, diluviando y sin un maldito parking libre en todo el centro, cuando decidimos enfilar la M-30 y acercarnos a comer a Herón-Diversia en Alcobendas.

Para no variar nos encontramos la habitual oferta gastronómica de todos los centros de ocio; pero como no están mis hijos, ¡¡ hoy libro de  McDonald’s !! así que tiramos para un japonés que probablemente sea lo que menos se parece al lechazo de Aranda. ¡Qué le vamos a hacer!, para una vez que una sale del pueblo…

lolita2

En la puerta, un cartel con una lolita victoriana en una calle de Tokio, con su sombrillita y todo, nos invita a tomar el menú del día por 13,50 €, con un primer plato, un segundo y un acompañamiento (será para el baile de después), y que incluye sopa de miso y bebida, nada de vino ni mucho menos postre. No es un chollo, pero es Madrid, me muero de hambre y no va a ser el menú más caro que he comido, así que, vamos para adentro.

En principio el local tiene buena pinta. Un espacio diáfano con barra de bar y barra de sushi a la derecha (con una cocinera preparando la comida a la vista), espacioso y de ambiente moderno, con maderas claras y alguna plantita, nos invita a entrar. Está casi vacío, pero son cerca de las cuatro de la tarde de un lunes de enero, así que no me dejo asustar por ello, ni por las camareras de Naciones Unidas allí presentes.

Es apenas mi segunda visita a un restaurante japonés, pero como en cuanto a comida se refiere, mi máxima es “pa´que” miedo habiendo hospitales, así que a pesar de que Alberto se decide por el menú del día en su versión más española, pidiendo Goyzas, Katsudon y Nigiri de sake (o sea, empanadillas, lomo de cerdo con arroz y paquetitos de arroz con salmón), yo me lanzo de cabeza a la carta y me pido la combinación especial de Sashimi, con atún, salmón, calamar, pescado blanco y boquerón (pero nena; si no sabes ni lo que es!).

Misoshiru

Primero llega el Misoshiru (sopa de soja con tofu, shiitake, wakame y cebolleta), en un bol de cerámica con cuchara a juego. Está caliente y tiene un sabor agradable a verduritas. Enseguida llegan el resto de platos del menú, casi son las cuatro y hay que darse prisa. Nos traen un platito con Goyzas, que son dos empañadillas japonesas (no fritas, eh!) de carne picada de cerdo con verduras, que están deliciosas solas y mejor con salsa de soja.

El plato principal, Katsudon es un plato de arroz blanco cubierto de cebolleta, espinacas y champiñón pochados, y a su vez cubierto de cinta de lomo de cerdo rebozado y tortilla por encima, todo ello regado por una salsa ligeramente dulce, como si las verduras estuvieran caramelizadas; el arroz hervido en su punto y la salsa dulce le da al conjunto un toque diferente. Y además otro platito con Nigiri de sake (eso es el acompañamiento, para los despistados).

Sashimi

Y por fin, llega el Sashimi. Cuando veo aparecer el plato con el pescado crudo cortado bastante grueso y nada más (bueno, un poquito de pasta de wasabi y algo de pepino) casi me da un ataque, ¿dónde está el arrocito de debajo?, pero ya no puedo volverme atrás, así que cojo los palillos y decido empezar por el salmón, que al menos ya lo he probado. Está buenísimo, con una textura más suave y menos fibrosa que el ahumado o el marinado, y desde luego, menos graso que estos. El pescado blanco (quizá bacalao o merluza) y el calamar son los siguientes.

No me atrevo a probar el atún, tan rojo, tan crudo… Me sorprende la suavidad pero consistencia de la textura del pescado y el calamar está tierno pero en absoluto viscoso . Esto va mejor de lo que creía. Ahora el boquerón; ¡Vaya, este sabe como los boquerones en vinagre! Y ya no me queda más remedio; a comer atún crudo. Tenía que haber empezado por ahí. Es delicioso, como un solomillo de ternera tierno y casi crudo pero más delicado. Sin duda, lo mejor del plato. Al final, voy mezclando los distintos pescados con la verdura, el jengibre, el wasabi, la salsa de soja…, en definitiva un frenesí de devoradora de pescado crudo. Y para terminar, un té verde.

Sashimi2

Lo peor: el local a pesar de amplio resulta algo oscuro (quizá el día de lluvia no acompaña demasiado), y para los amantes del dulce, apenas hay tres postres en la carta y la selección de bebidas también es algo escasa.

Lo mejor: muchos de los makis, rollos y sushi son más que comestibles aún para los más acérrimos opositores a la comida japonesa y a la idea de comer pescado crudo (vamos, que no lo sacan directamente de la pecera, y al fin y al cabo el jamón, carne cruda es). Y como extra, en el fondo del local hay dos mesas con plancha para cocina en vivo, aunque supongo que lo tiene que pedir toda la mesa.

Precio: una opción más que respetable y a buen precio, ya que el total de la cuenta ascendió a 38,50 €, y eso que me pedí uno de los platos más caros de la carta (que le voy a hacer, así soy yo; si pensáis que sale más barato comprarme un traje o un bolso que invitarme a comer, ya os digo que tampoco).

Valoración TyG: 7 de 10

SUSHIITO
Centro de ocio Heron Diversia
28108 Madrid
T. 916 624 664
T. 916 624 673
www.sushi-itto.es