Archivo de diciembre, 2011
Receta: Nidos de Bacalao Daurada
19 Dic
“¡A mí no me gusta el bacalao!”, repetíamos mis hermanas y yo todas las Navidades ante la insistencia de mi madre en que lo probáramos. “Vale. Ya se me ocurrirá una forma de que os guste”, nos amenazaba una y otra vez. Mi madre nunca acepta de entrada una negativa ante su cocina, así que tras unos cuantos intentos no del todo fructíferos, un año nos preparó un plato de bacalao al que no podíamos poner ninguna pega, “Bacalao Daurada”. Con el tiempo mi madre ha ido perfeccionando la receta hasta la que os voy a dar hoy, con su beneplácito, por supuesto.
He aquí la receta de “Nidos de Bacalao Daurada”.
Empezaré explicando que el “bacalao daurada” que es una receta portuguesa para revuelto de bacalao y patata. La gracia del plato, que es mucha, se basa en la sencillez de los productos y el pequeño trabajo de elaboración, porque mezcla algunos de los ingredientes más básicos en la cocina, como son la cebolla, la patata y el huevo, con otro de los productos estrella del mar, el bacalao, tan versátil y aprovechable (de la cabeza a la cola).
Necesitamos por tanto, bacalao seco en salazón (a ser posible miga, que es más barata y al final lo vamos a desmigar) o al punto de sal si lo compras ya desalado, cebolla, patatas, huevos, aceite de girasol, aceite de oliva y sal. Bien fácil, ¿o no?
Para que tengáis las herramientas y utensilios de cocina que vamos a necesitar a mano y no nos toque bajar a comprarlos al chino de la esquina en mitad de la preparación, os diré que hacen falta una sartén grande y antiadherente, un pelador de patatas o un cuchillo pequeño, un cuchillo grande, una sartén honda o una freidora y un molde de nidos, que son dos coladores de malla metálica unidos.
Ponemos el bacalao en un recipiente con agua fría, y a ser posible en la nevera, a desalar. El tiempo es a prueba. Esto significa, que cuando lleve medio día, lo pruebas. Si está salado, lo dejas otro medio. Si está bien, lo sacas del agua y ya está listo para cocinar o para dejarlo sin agua en la nevera otro par de días si no quieres hacerlo hoy.
Cogemos una cebolla grande, y la cortamos “en juliana”, que no quiere decir otra cosa que en tiras finas. Aunque no es muy difícil, si que tiene su técnica, y si no queréis dejar las huellas dactilares en el filo del cuchillo, precaución con los dedos. Por supuesto, el cuchillo bien afilado y no seáis tan animales de partir sobre la encimera desnuda, que para eso están las tablas de cortar!!!!
Una vez que esté cortada “en juliana”, la pochamos a fuego lento en una sartén con aceite de oliva. ¡Vale! No sabéis lo que significa pochar?… Es freír (la cebolla u otra verdura u hortaliza) a fuego suave, hasta que esté blanda y de color caramelo (lo del color caramelo no sale en los pimientos; suelen pasar del rojo-verde al negro si se han hecho mucho). Cuando esté hecha, la retiramos del fuego y la reservamos en un plato.
Por otro lado vamos a pelar, lavar y secar las patatas, y con un rayador las vamos a cortar “en paja”, que aviso para los mal pensados, significa en tiras muy finas (de hecho, parecido a la juliana).
Calentamos en una sartén profunda o en una freidora abundante aceite de girasol, de forma que éste cubra el molde de nidos que vamos a meter en él. Cogemos el molde de nidos, lo abrimos, rellenamos el fondo de patatas paja y le ponemos encima la parte superior. Cuando el aceite esté muy caliente, lo metemos dentro y dejamos que se fría a fuego fuerte durante uno o dos minutos, hasta que lo veamos dorado y lo sacamos. Dejamos que escurra el exceso de aceite, desmoldamos y lo reservamos en una bandeja. Ahora podemos seguir con todos los nidos que queramos hacer, al menos uno por persona, no seáis tiñosos… Dejamos una pequeña cantidad de patatas paja fritas, pero sueltas sin hacer nido, para incorporar al revuelto.
Para hacer el revuelto, ponemos en una sartén y a fuego suave la cebolla ya pochada y el bacalao desalado y desmigado. Rehogamos levemente y echamos ahora los huevos sin batir y vamos mezclando, procurando que cuaje, pero que no quede seco. Si el bacalao quedó demasiado desalado corregimos ahora con una pizca de sal. Añadimos al final las patatas paja fritas que habíamos reservado y lo echamos dentro de los nidos de patata. ¡Y aquí está!. El plato de bacalao perfecto para aquellos que dicen que no les gusta el bacalao y para los demás, también.
Yo lo maridaría con un rosado fresquito de Ribera del Duero, como por ejemplo el Embocadero Rosado que probé el otro día en casa de Andrea y Pablo y como musicalmente tengo más años que mi abuelita escucharía «Aint´No Mountain High Enough» de Marvin Gaye para cocinarlo. Para los que cocinen juntos y en una cocina pequeñita, «Let´s Get It On» también de Marvin Gaye. ¡Umhhh!. ¡Que lo disfrutéis!