Recetas
Receta: Nidos de Bacalao Daurada
19 Dic
“¡A mí no me gusta el bacalao!”, repetíamos mis hermanas y yo todas las Navidades ante la insistencia de mi madre en que lo probáramos. “Vale. Ya se me ocurrirá una forma de que os guste”, nos amenazaba una y otra vez. Mi madre nunca acepta de entrada una negativa ante su cocina, así que tras unos cuantos intentos no del todo fructíferos, un año nos preparó un plato de bacalao al que no podíamos poner ninguna pega, “Bacalao Daurada”. Con el tiempo mi madre ha ido perfeccionando la receta hasta la que os voy a dar hoy, con su beneplácito, por supuesto.
He aquí la receta de “Nidos de Bacalao Daurada”.
Empezaré explicando que el “bacalao daurada” que es una receta portuguesa para revuelto de bacalao y patata. La gracia del plato, que es mucha, se basa en la sencillez de los productos y el pequeño trabajo de elaboración, porque mezcla algunos de los ingredientes más básicos en la cocina, como son la cebolla, la patata y el huevo, con otro de los productos estrella del mar, el bacalao, tan versátil y aprovechable (de la cabeza a la cola).
Necesitamos por tanto, bacalao seco en salazón (a ser posible miga, que es más barata y al final lo vamos a desmigar) o al punto de sal si lo compras ya desalado, cebolla, patatas, huevos, aceite de girasol, aceite de oliva y sal. Bien fácil, ¿o no?
Para que tengáis las herramientas y utensilios de cocina que vamos a necesitar a mano y no nos toque bajar a comprarlos al chino de la esquina en mitad de la preparación, os diré que hacen falta una sartén grande y antiadherente, un pelador de patatas o un cuchillo pequeño, un cuchillo grande, una sartén honda o una freidora y un molde de nidos, que son dos coladores de malla metálica unidos.
Ponemos el bacalao en un recipiente con agua fría, y a ser posible en la nevera, a desalar. El tiempo es a prueba. Esto significa, que cuando lleve medio día, lo pruebas. Si está salado, lo dejas otro medio. Si está bien, lo sacas del agua y ya está listo para cocinar o para dejarlo sin agua en la nevera otro par de días si no quieres hacerlo hoy.
Cogemos una cebolla grande, y la cortamos “en juliana”, que no quiere decir otra cosa que en tiras finas. Aunque no es muy difícil, si que tiene su técnica, y si no queréis dejar las huellas dactilares en el filo del cuchillo, precaución con los dedos. Por supuesto, el cuchillo bien afilado y no seáis tan animales de partir sobre la encimera desnuda, que para eso están las tablas de cortar!!!!
Una vez que esté cortada “en juliana”, la pochamos a fuego lento en una sartén con aceite de oliva. ¡Vale! No sabéis lo que significa pochar?… Es freír (la cebolla u otra verdura u hortaliza) a fuego suave, hasta que esté blanda y de color caramelo (lo del color caramelo no sale en los pimientos; suelen pasar del rojo-verde al negro si se han hecho mucho). Cuando esté hecha, la retiramos del fuego y la reservamos en un plato.
Por otro lado vamos a pelar, lavar y secar las patatas, y con un rayador las vamos a cortar “en paja”, que aviso para los mal pensados, significa en tiras muy finas (de hecho, parecido a la juliana).
Calentamos en una sartén profunda o en una freidora abundante aceite de girasol, de forma que éste cubra el molde de nidos que vamos a meter en él. Cogemos el molde de nidos, lo abrimos, rellenamos el fondo de patatas paja y le ponemos encima la parte superior. Cuando el aceite esté muy caliente, lo metemos dentro y dejamos que se fría a fuego fuerte durante uno o dos minutos, hasta que lo veamos dorado y lo sacamos. Dejamos que escurra el exceso de aceite, desmoldamos y lo reservamos en una bandeja. Ahora podemos seguir con todos los nidos que queramos hacer, al menos uno por persona, no seáis tiñosos… Dejamos una pequeña cantidad de patatas paja fritas, pero sueltas sin hacer nido, para incorporar al revuelto.
Para hacer el revuelto, ponemos en una sartén y a fuego suave la cebolla ya pochada y el bacalao desalado y desmigado. Rehogamos levemente y echamos ahora los huevos sin batir y vamos mezclando, procurando que cuaje, pero que no quede seco. Si el bacalao quedó demasiado desalado corregimos ahora con una pizca de sal. Añadimos al final las patatas paja fritas que habíamos reservado y lo echamos dentro de los nidos de patata. ¡Y aquí está!. El plato de bacalao perfecto para aquellos que dicen que no les gusta el bacalao y para los demás, también.
Yo lo maridaría con un rosado fresquito de Ribera del Duero, como por ejemplo el Embocadero Rosado que probé el otro día en casa de Andrea y Pablo y como musicalmente tengo más años que mi abuelita escucharía «Aint´No Mountain High Enough» de Marvin Gaye para cocinarlo. Para los que cocinen juntos y en una cocina pequeñita, «Let´s Get It On» también de Marvin Gaye. ¡Umhhh!. ¡Que lo disfrutéis!
La tapa del día: Ricura de bacalao
8 Nov
Como ya sabéis los que seguís este weblog, todos los años [2009][2010], durante el mes de mayo, nos juntamos los amigos y hacemos un concurso de tapas. El objetivo, pasarlo bien y probar cosas nuevas. Yo gané los dos primeros años, cuando una tosta con un revuelto de setas y jamón o un canapé de cecina competían con sandwiches de chaca… Ahora la cosa ha cambiado y el concurso es un despliegue de creatividad en miniatura. Todo tipo de cosas riquísimas elaboradas con destreza por ilusionados concursantes, que últimamente hemos quedado a la sombra del sinrival Aitor y sus delicatessen de foie, cebollas caramelizadas y técnicas culinarias al alcance del mismísimo Ferrán Adriá.
Así que después de varios años con experimentos desafortunados o tapas incomprendidas (como mis garbanzos fritos con gambas), ese año decidí poner toda la carne en el asador. Para ello contaba con dos fichajes de éxito: un sifón de CO2 que me regalaron mis amigos Festum (gracias chicos, todavía os debo una demostración!) y la materia prima excepcional: unos buenos lomos de bacalao desalado.
A partir de aquí las ideas fluyeron. El bacalao sería confitado y con el sifón haría una espuma de pimientos del piquillo que quitara el «sentío». El «soporte» de tal delicia sería un puré de patata con mucho perejil.
Ingredientes de la tapa «Ricura de Bacalao»
– Unos lomos de bacalao desalado
– Un bote de pimientos del piquillo
– Puré de patata (mejor «casero» pero uno de sobre hace el apaño si lo damos un poco de gracia)
– Nata líquida para cocinar (o gelatina, mejor aún)
– Aceite de Oliva Virgen Extra
– Sal
– Azucar
– Perejil
– Inspiración de la mano de los grandísimos Rolling Stones y su Start me up!
Ponemos los lomos de bacalao en un recipiente alto (una cazuela, por ejemplo), no muy grande, porque tenemos que taparlos con AOVE para confitarlo. El confitado se hace cociendo el alimento en el aceite, a unos 70ºC, muy despacito. Como no tengo termómetro lo hice a «ojímetro» con buenos resultados, poniendo la cazuela en la vitrocerámica al 1 o al 2 durante un buen rato. Podréis ver como poco a poco el bacalao suelta una especie de gotitas o «perlitas» con su jugo. Eso quiere decir que la cosa va bien ;o)
Mientras tanto, estamos escuchando a Massive Attack y disfrutando de una copita de un buen Ribera del Duero, por ejemplo un Ferratus Sensaciones (la casa por la ventana!) y ponemos en una sarten, a fuego no muy alto los pimientos. Cuando toman un color más bonito y huelen que alimentan, añadimos media cucharadita de azucar, para que queden más melosos y suaves. Cuando se enfrían los batimos bien y los pasamos por un chino fino (filipino?) o un colador, para eliminar todas las pepitas y pequeños trozos que puedan atascar nuestro sifón.
Un pequeño parón para hablar del sifón… No voy a explicaros aquí como utilizarlo, pero sí mis divertidas aventuras. Mi primer sifón lo cargué de pimiento y gelatina (que no aporta sabor), con tan mala suerte que demasiada gelatina hizo que se quedara solidificado en el fondo y toda la carga de CO2 saliera de golpe en un FSSSSHHHHH! Sin nada más que aire. Tuve que despegar del culo del sifón una gelatina de pimiento muy rica XD. El segundo fracaso vino cuando rebajando la dosis de gelatina metí el pimiento sin colarlo bien. Una pepita o algo taponó la salida del sifón que de pronto se destapó con una explosión de pimiento que cubrió por completo la cocina con pequeñas motitas rojo-anaranjadas. Menudas risas, vamos, no veas que juramentos je je je.
Finalmente decidí hacerlo con nata y dejarme de gelatinas… El resultado es muy bueno, pero no es lo que yo quería 🙁
Una vez frío y bien escurrido el aceite, desmigamos el bacalao y ponemos en el vaso de chupito un poco de puré de patata en el fondo, después el trozo de bacalao y finalmente un toque de espuma de pimiento, directamente desde el sifón. Para acompañarlo metí en cada vaso un grisín. El resultado? Delicioso y muy resultón:
Como habréis imaginado, si dejamos los lomos enteros y los acompañamos de la espuma de piquillos (con o sin puré de patata) tenemos un plato digno de un gran restaurante. Si la calidad del bacalao es buena os vais a chupar los dedos.
Ah! Y antes de que preguntéis… No. No gané el concurso, pero quedé muy satisfecho con el resultado y no sobró nada ;o)
Bizcocho de yogur, manzana, pasas (o nueces) y bailoteo en la cocina
7 Mar
La receta de hoy es fácil, fácil, fácil y rica, rica.
Manos a la obra! Pero antes un poquito de música! Siempre hay que cocinar con musiquita buena por aquello de la inspiración y el buen rollo que se transmite a todo lo que hacemos. Dale al play baby!
Ligerito, que es un postre que se puede hacer bailando XD
Ingredientes!
– 3 huevos de gallina de Oklahoma (el éxito de la receta radica en que la gallina cante en inglés!)
– 1 sobre de levadura (cuidado que es afrodisiaca!)
– 1 yogur natural (ni desnatado, ni bifidus, ni con calcio, ni mierdas de esas), preferiblemente de la marca Yoplait
– 3 medidas (el yogur vacío) de harina de trigo castellano, preferiblemente de triticum aestivum
– 1,5 medidas de azucar. No somos racistas! Nos gusta la caña!
– ¾ de medida de aceite de oliva
– 1 o 2 manzanas golden (u otra variedad dulcecita)
– 17 uvas pasas. Ni una más ni una menos. En su defecto se pueden utilizar 8 nueces, pero entonces ya no sería un bizcocho de manzana y pasas…
– 1 culín de coñac (brandi o vino dulce)
Sobre el yogur: igual tú dices yogurt, pero te equivocas! Mi madre utilizaba casi siempre un yogur de limón, y si era posible caducado de unos días… yo creo que le daba más consistencia al bizcocho y nos hacía ser niños más duros! También echaba rayadura de limón. Yo prefiero el yogur natural y bastantes rayaduras tengo como para encima echarlas a la comida.
Sobre las medidas: en pastelería son fundamentales las medidas y pesos. De todos son conocidas las unidades métricas del “puñado”, la “cucharada” o la “pizca” pero en este caso utilizamos el vaso de yogur, preferiblemente habiéndolo vaciado antes. La receta que podéis encontrar en muchos sitios tiene 3 partes de harina, 2 de azucar y 1 de aceite de oliva. A mi me parece demasiado azúcar y demasiado aceite, por lo que he reducido las cantidades y os aseguro que queda perfecto.
Sobre el aceite: no os recomiendo utilizar aceite virgen extra porque su sabor toma demasiado protagonismo. Mejor 0,4º
Manos a la obra!
Ponemos las 17 pasas en un vaso con un chorrito de coñac. A continuación mezclamos en un bol los huevos, la levadura, el yogur, la harina, el azucar y el aceite. Lo trabajamos un poco con batidora si eres un flojo o con una varilla si eres un luchador de la cocina como yo! Cuando tengamos la masa bien mezclada y sin grumos, añadimos las manzanas peladas y cortadas en gajos y las pasas escurridas.
Encendemos el horno a 175ºC (también pueden ser unos 347º Farenheit)
Nos bebemos el culín de coñac.
Preparamos un molde para horno untándolo con mantequilla o un poco de aceite (usando un pedazo de rollo de cocina para extenderlo). Espolvoreamos una minúscula cantidad de harina y vaciamos el contenido del bol dentro. En estos momentos te alegrarás de haber comprado esa espátula de goma en el Ikea. Momento de utilizarla por primera vez para rebañar el recipiente-cuenco que has usado.
Al horno durante 45 minutos a 1h.
Cómo sabemos que el bizcocho está hecho? Cuando metemos un cuchillo en el centro y sale seco, sin masa pegada.
¿Por qué debemos dejar que el bizcocho se enfríe antes de comerlo? Porque cuando lo sacamos del horno la levadura todavía “trabaja” y si nos lo comemos puede sentarnos mal y darnos dolor de tripita!
El maridaje perfecto de nuestro bizcocho es con un vaso de leche calentita (en mi caso de soja). Uhmmmmm! Yummmy!