Visitas gastronómicas
De tapas en Aranda (y en Twitter!) #arandatapas
17 Abr
Un año más, y con este van 11, el Concurso Comarcal de Tapas, Pinchos y Banderillas llega a Aranda de Duero y La Ribera.
Como somos “muy fans” de esto de las tapas y los vinitos hemos pensado hacer algo diferente y nos hemos puesto en contacto con los amigos de Aranda en Vivo para organizar un tapeo “social”. Aquí su post
Os invitamos a tuitear vuestras recomendaciones utilizando el hashtag #arandatapas durante los días 21 al 29 de abril que es cuando se celebra el concurso. Podéis decirnos las tapas o sitios que más os van gustando, los lugares a donde no recomendáis ir, los vinos más ricos y en definitiva cualquier cosa que os apetezca utilizando además de Twitter nuestras páginas en Facebook:
https://www.facebook.com/tenedoresyguitarras
https://www.facebook.com/pages/Aranda-en-ViVO/122082074539859
Nuestra intención es que todos contemos con información de primera mano y podamos disfrutar al 100% de esta estupenda iniciativa.
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https://twitter.com/#!/ArandaenViVO
Contamos contigo!
Comer en Barcelona (I) – El Quim, Casa Leopoldo, Luz de Gas y La Bombeta
27 Jul
Hacía ya diez años que no iba a Barcelona, pero una combinación de trabajo y placer me ha proporcionado un viaje a la Ciudad Condal con resultado de lo más satisfactorio.
En apenas dos días y en uno de esos viajes urbanos de los que a mí me gustan, con guías locales que te hacen sacar todo el jugo a la visita, he podido ver, comer, beber y vivir algo de Barcelona.
El viernes a mediodía, comenzó mi jornada gastronómica catalana en uno de los mercados más emblemáticos de Barcelona, La Boquería, en La Rambla.
La Boquería no sólo tiene decenas de puestos de alimentación como cualquier mercado tradicional, sino que en muchos de ellos ofrecen comida preparada para llevar, fruta pelada, batidos de frutas (con el calor que hacía), y además algunas de las paradas (los puestos, vaya) son pequeños bares de tapeo. Nos habían recomendado el Pinoxto, el Kiosko Universal y el Quim, y nos decidimos por este último.
Hay que esperar que haya hueco en la barra o una mini mesita libre, pero el revuelto de hongos y foie fresco y el bacalao rebozado con chanfaina y reducción de jerez son una delicia. Por supuesto, con una copa de cava bien fresquito. Con esto, desde luego comes, pero como éramos siete, y resultaba difícil poder encontrar sitio para sentarse, tomamos un bocado cada uno y nos fuimos a comer.
Bajando la Rambla, en el Barrio del Raval junto al Hotel Barceló Raval, está uno de los restaurantes emblemáticos para los intelectuales catalanes y a su vez, bastión de la defensa del mundo taurino en Cataluña (¡vaya contraste!), Casa Leopoldo. Según nos dijeron nuestros guías, Sergi y Carolina, un clásico en Barcelona desde 1929.
Las sugerencias del maître fueron para empezar, pan con tomate, jamón ibérico, revuelto de robellones (níscalos), anchoas en aceite y revoltillo de bacalao (con cebolla caramelizada y patatas paja). A este último yo lo llamo bacalao “daurada” y en un próximo “post” os enseñaré como hacerlo. Hoy, de momento os conformáis con la foto y con saber que estaba buenísimo. De beber, cava, mucho cava fresquito. Umh! Tomamos Juve i Camps, pero me he traído referencias de pequeñas cavas de elaboración artesanal para probar. Si os portáis bien, os las pasaré.
De segundo bacalao en salsa y un pescado al horno, de la costa catalana, a medio camino entre el lenguado y el rodaballo, con la textura del primero pero con la consistencia del segundo. Muy sabroso. El bacalao estaba espectacular, en taco grueso sin espinas, confitado en aceite muy caliente y con una emulsión ligera de miel y mostaza.
De postre, sorbete de cava y para acompañar los cafés, una rosca de hojaldre rellena de cabello de ángel y pasta de almendras.
A pesar de todo lo que habíamos comido, a las diez de la noche pusimos rumbo a la Barceloneta para cenar. Fuimos a La Bombeta, un mesón de la zona famoso por una tapa, que se llama así Bombetas, que son bolas de patata, ali oli y carne picada empanadas y con salsa picante, pero no sólo estaba lleno, sino que había que hacer cola (bueno, fila) para entrar, así que desistimos y nos acercamos a Can Ramonet; craso error. Es uno de los mesones más antiguos de la zona de la Barceloneta, pero su cocina está un poco de capa caída, y su personal también. Quizá la esqueixada de bacalao era lo mejor que tenían, pero aún así, resultaba un poco triste, y eso es uno de los peores elogios que le puedo hacer a una comida, triste e insípida.
Para quitarnos el mal sabor de boca, nos fuimos al Borne dando un paseo por el Barrio Gótico. En Berimbau nos tomamos unas caipiriñas mientras escuchábamos bossa nova. Como soy un poco nenita, la mía iba con hielo y menta, pero la de los demás, natural. La probé y casi me deja sin habla.
Quisimos repetir caipiriña en el Míramelindo (también en el Borne), pero no se podía ni entrar, y eso que es uno de los más amplios de la calle, así que nos fuimos hacia el puerto, para tomar la última copa. Con el calor de la noche mediterranea, el cava y las caipirinhas, la conversación derivó hacia las pasiones, y un cartel con la imagen de Nicole Kidman fue la excusa. Es curioso cómo una misma mujer puede despertar sentimientos y emociones tan diferentes. ¿Un angel celestial? ¿Una mujer fatal? Hay para todos los gustos, incluso para los más perversos…
Por fin llegamos a Luz de Gas, en Port Vell. El local es una delicia; un barco flotando en el Mediterráneo con velas en las mesas y música jazz y soul suavecita en el ambiente. Es también sala de conciertos y restaurante, pero a las dos de la madrugada, el lugar perfecto para terminar una velada.
Por hoy, no le puedo pedir más a una ciudad.
Casa Leopoldo
C/ San Rafael, 24
08001 Barcelona
Tel/Fax: 93 441 30 14
www.casaleopoldo.com
Luz de Gas
C/ Muntaner, 246
08021 Barcelona
Tel: 93 209 77 11
www.luzdegas.com
La Bombeta
Plaça de la Maquinista, 3
08003 Barcelona
Tel: 93 319 94 45
Comer en: Malta
18 Feb
En septiembre nos fuimos unos días de vacaciones a este pequeño país mediterráneo. La verdad es que yo no sabía muy bien ni donde ponerlo en el mapa, pero la experiencia fue muy buena y es un viaje que merece la pena.
Me traje la sensación de que Malta es 1/4 británica, 1/4 italiana, 1/4 africana y 1/4 propiamente maltesa. Tal vez un maltés me daría una colleja o una buena patada en sálvense las partes, pero después de unos días esa es la sensación que me quedó.
Independizada de Gran Bretaña en 1964 y perteneciente a la Unión Europea desde 2004 Malta está formada por tres islas principales (Malta, Gozo y Comino). Si queréis más información la podéis ver en la wikipedia u otras webs [1][2]. Aquí a lo que vamos, al tema de las viandas!
La alimentación es plenamente mediterránea, con pescadito fresco, verdurita, aceite de oliva y también buena carne.
En Malta se come barato y bien. Muy bien. Puedes comer casi en cualquier restaurante sin miedo a decepciones. De hecho, el día que peor comimos fue en un chiringuito de playa, de hamburguesas y comida rápida, en el que no se me hubiera ocurrido entrar a comer si hubiera estado en España. Y fue aceptable.
En casi todos los sitios puedes comer pizza o pasta, elaboradas con productos naturales y frescos (mucha influencia italiana). Platos ligeros y raciones generosas. La pasta al dente y la masa de las pizzas muy ligera.
El pescado más típico es la lampuka o lampuki (llampuga, lampuga o dorado en castellano). Se sirve principalmente a la brasa con una guarnición ligera. Yo no soy muy pescadero, pero he de reconocer que me pareció un pescado muy sabroso y adecuado para ese tipo de elaboración.
El plato nacional es el conejo guisado con vino. Es menos común en la carta de los restaurantes «normalitos» a los que íbamos, pero también lo probamos y el amigo Maté le puso una buena nota. Yo, es que tampoco soy muy amante del conejo (del que mueve el hocico digo XD).
La mayor decepción fue el pulpo, otro de sus platos típicos. Este cefalópodo que me encanta (Uhm… pulpo a la gallega…), por lo que lo pedí en cuanto pude. Lo preparan también con vino, con una salsa de sabor fuerte que elimina toda la personalidad de la materia prima. Para que os hagáis a la idea, algo parecido a los calamares en salsa americana que se pueden comprar en latillas.
Nos faltó ir a un buen restaurante. Lo intentamos, pero había que reservar con antelación y nos quedamos con las ganas. Estoy seguro de que habría sido una gran experiencia.
En resumen, Malta es un buen país para los que disfrutamos comiendo. Disponen de buena materia prima, las elaboraciones no son demasiado complejas, el precio es adecuado y el servicio correcto.
Para beber, cerveza, sin ninguna duda. Los vinos no son nada del otro mundo y un «blanquito» que pedimos tenía cara de maltés, pero en la letra pequeña ponía que era español… pero no os creáis que era Albariño XD. Los cubatas son del tipo british, en vaso pequeño y el alcohol medido.
Como detalle, indicar que el tema de las propinas no nos quedó del todo claro. En algunos sitios la incluían en la cuenta y en otros no… tiendo a pensar que en eso son como los británicos, osea que un 10% para que no nos llamen «raposos».
Algunos de los sitios en los que comimos «elegantemente» fueron:
Cafe Raffael (St. Julians): una bonita terraza. 100€ (para 4 con postre y vino)
Neptune’s (Marsalforn): a la orilla del mar. Nos pilló el dueño por banda y nos dejamos engatusar, a pesar de que había otros restaurantes con mejor pinta. Nos quitó las raspas del pescadito y nos hizo precio de amigos. 60€ (para 4 con café)
The Avenue (Paceville): cerca de la zona de marcha de St. Julians. Desde fuera parecen varios restaurantes, que al final son sólo uno. Estaba a rebosar y nos pusieron al lado de los baños, pero pedimos que nos cambiaran y estuvimos en un sitio muy bien. Pizza, pasta y un poco de todo. 52€ (para 4 con vino y café)
Vecchia Napoli (Sliema): este estaba al lado de donde vivíamos. Un italiano en el que todo estaba rico! Repetimos varias veces. 100€ (para 4 personas con postre, café y un par de ricas cervezas)