Archivo de noviembre, 2011
Concurso: Consigue el nuevo CD de «elgatodeescayola»
14 Nov
Un poquito más abajo [aquí] os presentábamos en exclusiva el nuevo trabajo de elgatodeescayola, la aventura musical de Eduardo Marcos. Su trabajo «sonidos_de_escayola» está teniendo una gran acogida en diversos círculos musicales y ahora tenemos la oportunidad de regalaros dos discazos de la edición limitada y numerada. Una presentación excepcional en un estuche Super Jewel Box poco habitual con un libreto artístico a todo color.
Y si el que lo gane lo quiere firmado, pues también! Ale, la casa por la ventana!
Para ganar una copia tenéis que decirnos simplemente ¿cual es vuestra canción favorita de «sonidos_de_escayola»? y por qué. Os recordamos que si no lo habéis escuchado, podéis descargarlo de manera «gatuita» aquí.
Enviaremos un cd a cada uno de los ganadores del sorteo entre todos los correos recibidos en concurso@tenedoresyguitarras.com antes del día 27 de noviembre de 2011 a media noche.
Suerte!
La tapa del día: Ricura de bacalao
8 Nov
Como ya sabéis los que seguís este weblog, todos los años [2009][2010], durante el mes de mayo, nos juntamos los amigos y hacemos un concurso de tapas. El objetivo, pasarlo bien y probar cosas nuevas. Yo gané los dos primeros años, cuando una tosta con un revuelto de setas y jamón o un canapé de cecina competían con sandwiches de chaca… Ahora la cosa ha cambiado y el concurso es un despliegue de creatividad en miniatura. Todo tipo de cosas riquísimas elaboradas con destreza por ilusionados concursantes, que últimamente hemos quedado a la sombra del sinrival Aitor y sus delicatessen de foie, cebollas caramelizadas y técnicas culinarias al alcance del mismísimo Ferrán Adriá.
Así que después de varios años con experimentos desafortunados o tapas incomprendidas (como mis garbanzos fritos con gambas), ese año decidí poner toda la carne en el asador. Para ello contaba con dos fichajes de éxito: un sifón de CO2 que me regalaron mis amigos Festum (gracias chicos, todavía os debo una demostración!) y la materia prima excepcional: unos buenos lomos de bacalao desalado.
A partir de aquí las ideas fluyeron. El bacalao sería confitado y con el sifón haría una espuma de pimientos del piquillo que quitara el «sentío». El «soporte» de tal delicia sería un puré de patata con mucho perejil.
Ingredientes de la tapa «Ricura de Bacalao»
– Unos lomos de bacalao desalado
– Un bote de pimientos del piquillo
– Puré de patata (mejor «casero» pero uno de sobre hace el apaño si lo damos un poco de gracia)
– Nata líquida para cocinar (o gelatina, mejor aún)
– Aceite de Oliva Virgen Extra
– Sal
– Azucar
– Perejil
– Inspiración de la mano de los grandísimos Rolling Stones y su Start me up!
Ponemos los lomos de bacalao en un recipiente alto (una cazuela, por ejemplo), no muy grande, porque tenemos que taparlos con AOVE para confitarlo. El confitado se hace cociendo el alimento en el aceite, a unos 70ºC, muy despacito. Como no tengo termómetro lo hice a «ojímetro» con buenos resultados, poniendo la cazuela en la vitrocerámica al 1 o al 2 durante un buen rato. Podréis ver como poco a poco el bacalao suelta una especie de gotitas o «perlitas» con su jugo. Eso quiere decir que la cosa va bien ;o)
Mientras tanto, estamos escuchando a Massive Attack y disfrutando de una copita de un buen Ribera del Duero, por ejemplo un Ferratus Sensaciones (la casa por la ventana!) y ponemos en una sarten, a fuego no muy alto los pimientos. Cuando toman un color más bonito y huelen que alimentan, añadimos media cucharadita de azucar, para que queden más melosos y suaves. Cuando se enfrían los batimos bien y los pasamos por un chino fino (filipino?) o un colador, para eliminar todas las pepitas y pequeños trozos que puedan atascar nuestro sifón.
Un pequeño parón para hablar del sifón… No voy a explicaros aquí como utilizarlo, pero sí mis divertidas aventuras. Mi primer sifón lo cargué de pimiento y gelatina (que no aporta sabor), con tan mala suerte que demasiada gelatina hizo que se quedara solidificado en el fondo y toda la carga de CO2 saliera de golpe en un FSSSSHHHHH! Sin nada más que aire. Tuve que despegar del culo del sifón una gelatina de pimiento muy rica XD. El segundo fracaso vino cuando rebajando la dosis de gelatina metí el pimiento sin colarlo bien. Una pepita o algo taponó la salida del sifón que de pronto se destapó con una explosión de pimiento que cubrió por completo la cocina con pequeñas motitas rojo-anaranjadas. Menudas risas, vamos, no veas que juramentos je je je.
Finalmente decidí hacerlo con nata y dejarme de gelatinas… El resultado es muy bueno, pero no es lo que yo quería 🙁
Una vez frío y bien escurrido el aceite, desmigamos el bacalao y ponemos en el vaso de chupito un poco de puré de patata en el fondo, después el trozo de bacalao y finalmente un toque de espuma de pimiento, directamente desde el sifón. Para acompañarlo metí en cada vaso un grisín. El resultado? Delicioso y muy resultón:
Como habréis imaginado, si dejamos los lomos enteros y los acompañamos de la espuma de piquillos (con o sin puré de patata) tenemos un plato digno de un gran restaurante. Si la calidad del bacalao es buena os vais a chupar los dedos.
Ah! Y antes de que preguntéis… No. No gané el concurso, pero quedé muy satisfecho con el resultado y no sobró nada ;o)
Algo para leer: A cien millas de Manhattan de Guillermo Fesser
2 Nov
Hace muchos años escuchaba a Gomaespuma en la radio. Todavía recuerdo las risas que me echaba con Cándida y todas las historias de estos gamberros, Juan Luis y Guillermo. Desde entonces, más de cerca o de lejos, siempre he intentado estar al tanto de sus proyectos y aventuras.
Gané «A Cien Millas de Manhattan» (Aguilar) en un concurso desde la web de Gomaespuma. Cuando llegó a casa parecía una de esas cosas serias que hacen de vez en cuando (bastante a menudo) este par de sin-vergüenzas y por eso tardé unos meses en abrir sus páginas. Este verano, me lo llevé de viaje al sur, y así fue como disfruté de su lectura. La sensación de que debía agradecer de alguna manera el regalo es lo que me hace saltarme olímpicamente la temática del blog para recomendároslo y es así como me hallo hablando de un libro, el primero en TyG, que además no va sobre música ni comida, aunque estos temas aparecen reflejados en algunos capítulos.
«A Cien Millas de Manhattan» es un libro muy bonito, con tapas duras y una foto así, como de una ventana con cositas dentro; un salmón (qué narices hace un salmón en una ventana?), un guante de béisbol, un bote de sirope de arce… Tiene doce capítulos que se corresponden con los doce meses de un año, en el que Guillermo nos habla de su experiencia en Rhinebeck, un pueblo de menos de 3000 habitantes en el estado de Nueva York. Alejado de todos los tópicos que hemos visto en tantas películas, en este estado, además de rascacielos y prisas hay una riqueza natural increible y lugares en los que los vecinos se conocen y hablan entre ellos.
Así es como la curiosidad de Fesser va descubriendo historias muy humanas, un «american way of life» alejado en algunos casos de lo que estamos acostumbrados a ver en el cine, y en otros momentos caricatura de sí mismo. En cualquier caso, nada que ver con lo que nos viene a la cabeza si pensamos en Nueva York. Y es que NY es ciudad y es estado, y en el contraste entre una y otro es donde surgen las historias que Guillermo desgrana con su particular palabra, simpática, a veces tierna, con un lado ácido (pero ácido como el chicle de fresa, no como el vinagre) y divertido.
¿Por qué de las calles de Nueva York sale vapor? ¿Cómo se obtiene el sirope de arce? ¿A qué sabe una hamburguesa de bisonte? ¿Cómo organizar una expedición a Alaska para pescar salmones? ¿Es mejor practicar atletismo descalzo o con unas buenas zapatillas de deporte?
Tal vez «A cien millas de Manhattan» no responde a dudas preconcebidas antes de abrir el libro, pero desde luego incluye muchas preguntas con respuesta.
Guillermo Fesser es un escritor de verdad, no os dejéis engañar por su lado más cachondo. Tenemos entre las manos un libro de lectura ligera y entretenido, recomendable para la gente que nos gusta viajar (o al menos que soñamos a menudo con hacerlo) y sobre todo a los que compartimos a partes iguales admiración, curiosidad y a veces manía hacia esa gran cantidad de personas que son los Estados «Juntitos» de America.
Por cierto, me acabo de dar cuenta de que vivo a 100 millas de Madrid XD. No es lo mismo, pero tal vez alguien podría escribir un libro.