Bien sea porque Toño y Susana son unos generosos anfitriones o porque se conocen todos los restaurantes de esta ciudad, lo cierto es que Zamora nunca me ha decepcionado gastronómicamente hablando.

El Duero a su paso por Zamora

Esta vez, «los Susanos» nos llevaron a un restaurante que desconocían, La Vaguada. La única referencia era los buenos resultados que este establecimiento ha recibido en el concurso de tapas de Zamora (premio a la originalidad y buenos resultados tanto por parte del público como del jurado).

La apariencia es la de un modesto bar-restaurante de barrio, con una fachada un tanto descolorida y la zona de bar bastante poco iluminada, pero en cualquier caso limpio y correcto.

La Vaguada

Al comedor, igualmente sobrio, como el resto del establecimiento, se accede desde el bar por una escalera de caracol de peldaños cortos. Unas sirenas de escayola en las columnas y algún cuadro en las paredes eran el único adorno del mismo.

La primera sorpresa fue cuando pedimos la carta de vinos y no tenían, pero el camarero, al decirle que queríamos un vino blanco apareció con una botella de Valdubón Verdejo! Olé! El vino que me quedé con ganas de probar al no haber podido acudir a la presentación en Aranda! Esta fue la primera señal de lo que nos esperaba.

Valdubón Verdejo

Mientras esperábamos, tuvieron la cortesía de ofrecernos unas croquetillas para hacer la espera más llevadera. Llegaron los entrantes, unas generosas raciones de calamar pescado a caña a la plancha (con unas patatas fritas caseras) y almejas a la marinera, recomendación del camarero. Impresionante el calamar  y estupendas las almejas (hubo que hacer algún barquito en la salsa! XD).

La siguiente sorpresa fue otro detalle de la casa, un cocktail digestivo “Noches de Pasión” elaborado con cítricos y un ligero toque de alcohol. Delicioso e ideal como paso previo al segundo plato.

Los platos fuertes consistieron en Solomillo de Ternera, Chuletillas de Lechazo, Bacalao a la Tranca y Rodaballo Salvaje. Fueron apareciendo uno a uno, con una presentación que ya les gustaría a restaurantes de más nivel (y precio). Calidad en la materia prima y una cuidada elaboración y nosotros cada vez más contentos.

No suele ser habitual en mi, pero me decidí por el pescado y me llamó la atención el bacalao. Después de consultar con el camarero en qué consistía esa “Tranca” (un instante para sonreir XD) lo pedí y la verdad es que acerté. El plato tenía una salsa elaborada a base de pimentón y con un toque agrio que me recordaba a la prebe, pero algo más “elegante”, con ajitos tostados y unas rodajas de patata. Delicioso.

El solomillo de Susana, tierno y jugoso, de tamaño generoso y con una deliciosa guarnición.

Solomillo con guarnición

Cuando Toño pidió chuletillas me quedé un poco perplejo; cómo un oriundo de la capital del lechazo (Aranda de Duero) osaba pedir ese plato en tierras lejanas? Pero es que el “pájaro” ya sabía que en Zamora también hay lechazito de primera y yo confirmo sus palabras recordando aquellas chuletillas dignas de cualquier asador arandino.

Y el Rodaballo de Ana igualmente fresco y sabroso, coronado por un enorme langostino pelado.

Rodaballo salvaje

Como veréis he hecho varias veces mención al camarero. Un señor menudo que nos atendió de manera cordial, pero educada y atenta, explicándonos los platos y preguntándonos si todo era de nuestro agrado. Y es que no es habitual encontrar a verdaderos profesionales atendiendo las mesas de un restaurante. Una pena, porque un buen trato hace que la experiencia sea mucho más agradable. Nuestro reconocimiento a la profesionalidad de ese camarero anónimo.

En resumen, que La Vaguada no es un establecimiento donde esperas comer tan bien como nosotros lo hicimos. Un descubrimiento en toda regla! Repetiremos.

Lo peor: la fachada del restaurante no anima especialmente a entrar, con un rótulo de neón más adecuado para otro tipo de negocios y un ambiente de bar de barrio y restaurante de menú barato.

Lo mejor: la calidad de la materia prima y la elaboración de los platos. El servicio y los detalles de cortesía de la casa. El precio. No dejéis de probar los calamares pescados con anzuelo!

Precio: 4 personas con vino y café, pero sin postre. Nos invitaron a los chupitos. 102€

Valoración TyG: 8 de 10

Restaurante La Vaguada
C/ Villalpando 18
49005 Zamora
Tel: 980 512 755