Comer en Londres: Caramel – «A tradicional English breakfast»
1 Mar
En pleno barrio de Westminster y a tan sólo cinco minutos de la Estación Victoria está el restaurante Caramel donde, según mi cuñado, sirven el mejor desayuno de Londres. No es que dude de su criterio, aunque con estos madrileños nunca se sabe, pero el mejor es mucho decir para no aceptar el desafío.
Una británica, invernal y lluviosa mañana tras una breve vista a Buckinham Palace nos fuimos a comprobarlo . A la entrada, una pizarra apunta que los desayunos de lunes a viernes y hasta las once de la mañana son a mitad de precio. No tiene aspecto de restaurante tradicional inglés, pero la decoración en marrones, beiges y rojos es acogedora.
Aunque nos habían recomendado probar el desayuno con salmón, al final nos decidimos por el Tradicional English Breakfast en versión normal y grande y para beber, un té y un café latte , que no un coffe with milk, que de esos ya no tienen en ningún sitio. ¡Para eso aprende inglés una!
Primero nos trajeron las bebidas y las tostadas (dos para cada uno), y después los desayunos. El más pequeño de los dos lleva las clásicas “beans”, dos filetes de lomo ahumado (sí, lomito jugoso en lugar de beicon grasiento), una salchicha especiada, un huevo frito, champiñones y medio tomate a la plancha. Esto no me lo acabo yo ni para la hora de la cena.
El Big English Breakfast añade a todo lo anterior, por si aquello no era suficiente, una especie de tortilla de patata condimentada, otro huevo frito y otra salchicha. Para morir hartito….
Haciendo un grandísimo esfuerzo, conseguí dejar tan sólo un filete de lomo en el plato (y no sabéis cuanto lo siento), pero la ración era más que abundante, aunque hubo quien se acabó el “Big” entero…
La comida bien elaborada (los huevos tenían hasta yemita para mojar), las raciones abundantes y el servicio atento, casi me convencieron de que era el mejor desayuno de Londres, pero como nos los he probado todos, tendré que volver para comprobarlo.
Lo peor: A pesar de estar en un barrio turístico no está en una calle principal y es relativamente caro si no hay ninguna oferta.
Lo mejor: La calidad de los productos y la preparación de los mismos; a pesar de ser elaboración sencilla no era la típica mezcla grasienta que otros venden por desayuno inglés.
Precio: Como llegamos a la oferta de mitad de precio, salimos por 10,30 £ (servicio no incluido) los dos desayunos completos, lo cual en Londres es un precio más que razonable.
Valoración TyG: 8 de 10
CARAMEL
77 Wilton Road
London SW1V 1DE
+44 (0) 20 7233 8298 +44 (0) 20 7233 8298

Cuando el flamenco se convierte en jazz
25 Feb
Pues si, todavía estoy impresionado del concierto al que tuve la suerte de asistir este pasado fin de semana (20 feb) de este genial guitarrista flamenco. Nos acercamos un pequeño grupo de TyG para sorprendernos con el Niño Josele, un virtuoso con la guitarra de gran talla mundial sin duda.
El concierto estaba englobado en las jornadas de Jazz que organiza Caja Burgos en Burgos, Miranda de Ebro y Aranda de Duero. Un llamatimo proyecto jazzístico, fusión del flamenco dentro del jazz, y os puedo garantizar que el resultado es espectacular. Música en estado puro llena de sensibilidad y enorme calidad en la ejecución.
El Niño Josele se ha rodeado para este proyecto de grandes músicos, en este concierto estuvieron con el, Javier Colina (contrabajo), Perico Sambeat (saxos), Guillermo McGill (batería y percusión)
otros que le suelen acompañar, Phil Woods, Joe Lovano, Michael P. Mossman(saxo), John Benítez (contrabajo), Dafnis Prieto (bateria), Ralph Bowen (saxo)…
En resumen uno de los mejores conciertos en los que he estado nunca (desde el punto de vista musical) y la enhorabuena desde TyG a Caja Burgos por organizar estos conciertos.
Para quien quiera hacerse una idea de lo que vimos, aquí os pongo un par de videos de una actuación suya en el Festival de Jazz de Vitoria
Comer en: Malta
18 Feb
En septiembre nos fuimos unos días de vacaciones a este pequeño país mediterráneo. La verdad es que yo no sabía muy bien ni donde ponerlo en el mapa, pero la experiencia fue muy buena y es un viaje que merece la pena.
Me traje la sensación de que Malta es 1/4 británica, 1/4 italiana, 1/4 africana y 1/4 propiamente maltesa. Tal vez un maltés me daría una colleja o una buena patada en sálvense las partes, pero después de unos días esa es la sensación que me quedó.
Independizada de Gran Bretaña en 1964 y perteneciente a la Unión Europea desde 2004 Malta está formada por tres islas principales (Malta, Gozo y Comino). Si queréis más información la podéis ver en la wikipedia u otras webs [1][2]. Aquí a lo que vamos, al tema de las viandas!
La alimentación es plenamente mediterránea, con pescadito fresco, verdurita, aceite de oliva y también buena carne.
En Malta se come barato y bien. Muy bien. Puedes comer casi en cualquier restaurante sin miedo a decepciones. De hecho, el día que peor comimos fue en un chiringuito de playa, de hamburguesas y comida rápida, en el que no se me hubiera ocurrido entrar a comer si hubiera estado en España. Y fue aceptable.
En casi todos los sitios puedes comer pizza o pasta, elaboradas con productos naturales y frescos (mucha influencia italiana). Platos ligeros y raciones generosas. La pasta al dente y la masa de las pizzas muy ligera.
El pescado más típico es la lampuka o lampuki (llampuga, lampuga o dorado en castellano). Se sirve principalmente a la brasa con una guarnición ligera. Yo no soy muy pescadero, pero he de reconocer que me pareció un pescado muy sabroso y adecuado para ese tipo de elaboración.
El plato nacional es el conejo guisado con vino. Es menos común en la carta de los restaurantes «normalitos» a los que íbamos, pero también lo probamos y el amigo Maté le puso una buena nota. Yo, es que tampoco soy muy amante del conejo (del que mueve el hocico digo XD).
La mayor decepción fue el pulpo, otro de sus platos típicos. Este cefalópodo que me encanta (Uhm… pulpo a la gallega…), por lo que lo pedí en cuanto pude. Lo preparan también con vino, con una salsa de sabor fuerte que elimina toda la personalidad de la materia prima. Para que os hagáis a la idea, algo parecido a los calamares en salsa americana que se pueden comprar en latillas.
Nos faltó ir a un buen restaurante. Lo intentamos, pero había que reservar con antelación y nos quedamos con las ganas. Estoy seguro de que habría sido una gran experiencia.
En resumen, Malta es un buen país para los que disfrutamos comiendo. Disponen de buena materia prima, las elaboraciones no son demasiado complejas, el precio es adecuado y el servicio correcto.
Para beber, cerveza, sin ninguna duda. Los vinos no son nada del otro mundo y un «blanquito» que pedimos tenía cara de maltés, pero en la letra pequeña ponía que era español… pero no os creáis que era Albariño XD. Los cubatas son del tipo british, en vaso pequeño y el alcohol medido.
Como detalle, indicar que el tema de las propinas no nos quedó del todo claro. En algunos sitios la incluían en la cuenta y en otros no… tiendo a pensar que en eso son como los británicos, osea que un 10% para que no nos llamen «raposos».
Algunos de los sitios en los que comimos «elegantemente» fueron:
Cafe Raffael (St. Julians): una bonita terraza. 100€ (para 4 con postre y vino)
Neptune’s (Marsalforn): a la orilla del mar. Nos pilló el dueño por banda y nos dejamos engatusar, a pesar de que había otros restaurantes con mejor pinta. Nos quitó las raspas del pescadito y nos hizo precio de amigos. 60€ (para 4 con café)
The Avenue (Paceville): cerca de la zona de marcha de St. Julians. Desde fuera parecen varios restaurantes, que al final son sólo uno. Estaba a rebosar y nos pusieron al lado de los baños, pero pedimos que nos cambiaran y estuvimos en un sitio muy bien. Pizza, pasta y un poco de todo. 52€ (para 4 con vino y café)
Vecchia Napoli (Sliema): este estaba al lado de donde vivíamos. Un italiano en el que todo estaba rico! Repetimos varias veces. 100€ (para 4 personas con postre, café y un par de ricas cervezas)